Estudiar un curso intensivo de inglés en el exterior es un beneficio que recibimos solo aquellos becarios que demostramos constancia y destacada participación en el Programa de Excelencia AVAA. En tal sentido, luego de dar mi mayor esfuerzo como becario: participación activa en chat clubs, talleres, horas de voluntariado y promedio académico sobre 16 puntos, me fue otorgada una beca internacional para estudiar cuatro semanas de inglés intensivo en un instituto de Canadá.
El día de mi llegada a Upper Madison College en Toronto, lo primero por hacer fue presentar un examen escrito y oral para determinar el curso al cual iba a atender. Para mi sorpresa los resultados indicaban que podía ingresar al curso más exigente: English for Academic Purposes (EAP), programa que además de contar con profesores de gran preparación, exigía del alumno un gran compromiso. Estaba muy contento pues los estudiantes que aplican a este curso es porque posteriormente iniciarían estudios de nivel superior en Canadá.
Al ingresar a clase mis profesores y compañeros me recibieron de forma muy cálida y comenzamos a trabajar. Una de las anécdotas en Canadá fue que mi primera nevada ocurrió cuando me encontraba en clase por lo que mi profesor, mientras continuaba con su programación, me permitió estar en la ventana disfrutando de lo que sería la última nevada de la estación. "Realmente grandioso".
Todas las mañanas me levantaba dando gracias a Dios por el nuevo día e impresionado regresaba a la residencia con nuevas felicitaciones por mi trabajo y con el agrado de realizar un gran esfuerzo en mis estudios. Realicé ensayos, leí novelas, tuve exámenes más de una vez por semana, así como presentaciones de las cuales recibí las felicitaciones de mis profesores, compañeros e incluso de tutores de otros niveles.
Recuerdo palabras de mis profesores como: "Orlando you should work in The United Nations", o "You have been the best student I ever had" o por ejemplo de la Coordinadora Académica que el último día me despidió y me dijo que había sido el mejor estudiante del instituto.
Todas estas palabras al final de día te hacen pensar y decir ¡Guao! ¿Son reales?; el mismo joven que salió de Río Chico, Barlovento, con un sueño que creía lejos de alcanzar, ahora estaba en otro país y vivía esta experiencia de la mejor forma posible.
Luego de esta experiencia seguía otro compromiso
El 01 de Abril de 2012 inició del Modelo de Naciones Unidas, con más de miles de estudiantes de todas las universidades del mundo, con un solo sueño: ser el mejor.
11 horas de viaje por tierra y sin más dinero que lo justo para llegar a Nueva York. Realmente no es fácil escribir estas líneas, pero creo es parte del querer es poder y como el esfuerzo rinde frutos y resultados.
De esta forma comenzó la competencia, nervioso en frente de miles de estudiantes de todas partes del mundo. Fue una semana de reuniones, negociaciones, todo un diplomático, con visitas especiales a las misiones permanentes de Venezuela y Singapur ante las Naciones Unidas. La vestimenta, el lenguaje, y un sueño por cumplir.
Para ser sinceros, en algunos momentos dude en levantarme y me preguntaba ¿Dios seré tan bueno como para competir con estudiantes que se desenvuelven mejor en inglés? Bastaba sólo segundos y me daba cuenta que tenía mucho por lo que estar ahí: el apoyo de Venezuela, de organizaciones como AVAA que creen en la juventud, también de las miles de personas que me vieron en las calles de Caracas solicitando colaboración para asistir a este evento. Jóvenes que me daban un bolívar pero más que eso expresaban, “¡Vamos! ¡Éxito! Dejen a nuestro país en alto”. Los taxistas, quienes aun cuando no me daban apoyo económico, me enseñaron que a veces el apoyo mas importante no es el que viene de una billetera sino de la esperanza y de la fe por un mejor país.
Fue en ese momento que dije, "¿Sabes qué Orlando? ¡Vamos!, así no tengas energía, así te sientas intimidado, así no puedas más, estás aquí gracias a todas esas personas, estás haciendo todo este esfuerzo por algo, y el momento es ahora", y así fue; salí sin pensar en más que en hacer lo mejor que podía y ¿saben qué? ¡Lo logramos! ¡Triunfamos!
Al ver los resultados como Delegación Sobresaliente (1er lugar) y como Mejor Delegado en mi comité, sentí que el esfuerzo y el apoyo de todas las personas que estaban junto a mí fue algo que retribuiré en todo momento.
Luego de la conferencia me encontraba en Nueva York pensando y ¿ahora qué?, en ese momento contacté a quien fue mi jefe durante mi trabajo como support staff en un campamento en Pensilvania durante los últimos veranos, el Sr. John, y a quien recordaba me había dicho que no lo dejara de contactar en lo que estuviera cerca de Nueva York, y bueno así fue.
Estuve con él y su familia los días que me quedaban en Nueva York y en ese momento hubo otro cambio: los desayunos y cenas de pan con mantequilla de maní se transformaron en una cena especial con toda la familia del Sr. John; me llevaron a conocer muchos lugares en New Jersey, comimos en uno de los mejores restaurantes y guao, nuevamente, la vida nos enseña y nos gratifica acorde a nuestra fe y esfuerzo.
Gracias AVAA por soñar junto a jóvenes como yo, que con gran constancia, pasión, y fe, creemos en un mejor mañana, un mañana lleno de oportunidades, de esperanza, de apoyo a la juventud. Yo soy ejemplo de todo el apoyo que empresas como C.A. Seguros American International han permitido fomentar y desarrollar, gracias, gracias miles por formar parte de mi preparación. Gracias por permitirme vivir esta experiencia que una vez sobrestimé y sería la experiencia de mi vida.
Orlando Salamanca | Estudios Internacionales UCV
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